MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
Porsche está sometiendo a las últimas pruebas de conducción a la octava generación del 911 antes de que llegue al mercado europeo a principios de 2019, según informó la compañía.
En estas pruebas los coches viajan entre zonas climáticas con 85 grados de diferencia de temperatura, ruedan por desniveles de más de cuatro kilómetros, soportan grandes atascos en las ciudades y establecen nuevos récords en los circuitos.
El objetivo de probar el coche en todo tipo de condiciones es verificar que todos los componentes soportan la presión a la que se somete el vehículo, así como la idoneidad para su uso cotidiano, ha asegurado el fabricante alemán.
"El tren de rodaje debe funcionar tan bien como los fluidos, los sistemas, los procesos operativos o las pantallas; esta es la única manera de poder cerciorarnos de que el vehículo está capacitado para rodar en cualquier parte del mundo sin problemas", apuntó el jefe de Proyecto Global 911, Andreas Pröbstle.
Las pruebas se centran primero en las áreas donde Porsche tradicionalmente ha tenido más experiencia. Adicionalmente, hay unos tests de funciones y de 'stress' para el nuevo concepto de manejo del habitáculo, así como para los instrumentos y pantallas. Los nuevos sistemas de asistencia a la conducción y de la conectividad también deben superar los retos de unas pruebas exigentes: el Porsche Connect, por ejemplo, varía de un país a otro, por lo que para comprobar su funcionamiento y funciones se necesitan muchos recursos.
Otra parte fundamental de estos tests son las pruebas orientadas al uso diario que hará el cliente, que se llevan a cabo en las ciudades y carreteras de Alemania. En esta parte del programa también se recorren un buen número de kilómetros y se cumple con todas las normas de tráfico, para garantizar que el vehículo y sus sistemas sean duraderos y óptimos para el uso diario, ha subrayado la compañía.
