El consejero delegado de Opel, Nick Reilly, espera que el Gobierno alemán se pronuncie sobre la concesión de avales para la financiación del plan de reestructuración de la empresa antes del próximo 10 de junio, y percibe buena disposición para otorgar estas garantías crediticias por parte de otros países como España o Polonia. MADRID, 28 (EUROPA PRESS) El consejero delegado de Opel, Nick Reilly, espera que el Gobierno alemán se pronuncie sobre la concesión de avales para la financiación del plan de reestructuración de la empresa antes del próximo 10 de junio, y percibe buena disposición para otorgar estas garantías crediticias por parte de otros países como España o Polonia. Reilly indicó al diario "Financial Times" que no está trabajando en un "plan B" por si fracasaran las negociaciones para la obtención de garantías financieras, sino que espera obtener la "respuesta adecuada" por parte de los Gobiernos de los países involucrados. El plan de reestructuración de Opel tiene un coste de más de 3.700 millones de euros, de los que la matriz del fabricante alemán, el grupo General Motors, aportará 1.900 millones de euros. La firma alemana quiere obtener avales de los Gobiernos de países europeos en los que está presenta para financiar el resto del plan. Así, según los planes de la corporación, Alemania debería aportar unos 1.200 millones de euros en garantías financieras. Reino Unido se comprometió a contribuir con 270 millones de libras (unos 320 millones de euros al cambio actual). En este sentido, Reilly espera que el nuevo Gobierno británico no dé marcha atrás a su compromiso. "Sé que se va a revisar, pero no espero ningún cambio", apuntó el presidente de Opel, quien ha solicitado una entrevista con el Ejecutivo de Reino Unido para aclarar la situación. De esta forma, entre Alemania y Gran Bretaña sumarían cerca de 1.500 millones de euros, con lo que quedarían más de 300 millones que corresponderían a las aportaciones de Polonia y de España. Bélgica no respaldará el programa toda vez que Opel ha decidido desprenderse de la planta de Amberes, que será vendida o cerrada. En el caso de España, el respaldo a General Motors consistirá en un aval conjunto de los Gobiernos central y aragonés, según se ha manifestado desde el Ejecutivo autonómico. Se da la circunstancia de que el Ministerio de Industria dispone de una línea de avales por importe de mil millones de euros para respaldar proyectos de inversión de la industria automovilística.
