El automóvil, culpable, pero menos

El automóvil, culpable, pero menos

(EL MUNDO)
Aunque la ministra de Economía, Elena Salgado, descartó ayer subir -por ahora- el impuesto de circulación a los coches que más contaminan, la intentona ha vuelto a colocar al automóvil como chivo expiatorio de los males de la sociedad moderna, ahora representados por la nube de polución favorecida por un persistente anticiclón

Dando por hecho que cualquier vehículo en movimiento contamina, la intentona omite otros elementos, como por ejemplo los miles de litros de gasóleo, o lo que es peor, kilos de carbón, que queman las calefacciones. Y puede servir como orientación otro dato, aunque sea de un elemento no contaminante como el CO2: del total de las emisiones anuales que se producen en España, los coches privados sólo generan el 13%, y el doble incluyendo todo tipo de transportes sobre ruedas.

También se olvida, por ejemplo, que el 80% de la contaminación debida al automóvil en las grandes urbes es responsabilidad de sólo un 20% del parque, formado por los vehículos más antiguos y, en este sentido, España ha ido para atrás: desde 2006, el porcentaje de coches con más de 10 años de antigüedad se ha incrementado en más de cuatro puntos, hasta casi el 36%.

El dato no es gratuito. En los 10 años que han pasado entre la normativa Euro III y la recién estrenada Euro V, los automóviles con motores diésel (los que generan la contaminación más lesiva) han reducido en casi un 64% el volumen del dañino monóxido de nitrógeno (NOx) y han dividido por 10 el de las partículas, sobre todo gracias a la implementación de los filtros que las destruyen. Mientras que los de gasolina han bajado los NOx a menos de la mitad, aunque es cierto que partían del mismo nivel en 2000 del que ahora alcanzan los coches de gasóleo.

Por supuesto que una política de estímulo para la modernización del parque móvil es una medida mucho más compleja que restringir el acceso de vehículos a las zonas más congestionadas, como llevan haciendo hace ocho años en Londres. En este tiempo, las autoridades aseguran que las emisiones contaminantes se han reducido entre un 17 y un 20 %, cifra en la que se ha reducido el tráfico.

Esta medida, de hecho, abre la puerta a otras que alejan el foco de la industria para ponerlo en aspectos como mejorar la gestión del tráfico a través de los semáforos o de la velocidad variable. Un reciente estudio a nivel paneuropeo demostraba que, en el caso de Madrid, incrementar en solo 5 km/h la velocidad media de la circulación en la ciudad, permitía reducir en un 9% el consumo y, aunque sea en menor medida, también la contaminación.

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