La dgt medirá el tiempo para controlar la velocidad de los vehículos

AUTOSCOUT24

Radares por tramo

La nueva fórmula matemática de la DGT seguro que será efectiva para evitar accidentes, aunque no nos guste. Con los nuevos radares que se instalarán en nuestro país, que medirán la velocidad media efectuada durante un recorrido de unos tres kilómetros, a muchos se les acabarán las excusas (no lo ví, no frené a tiempo…). Los “radares de tramo” se instalarán a partir del próximo año siempre y cuando se modifique la actual legislación de la circulación.
 
La DGT ha multiplicado la instalación de este caro sistema de medición
Da igual la opinión de experimentados conductores, de fabricantes y de asociaciones del sector automovilístico. La batalla contra la velocidad está declarada desde hace tiempo y la pregunta sigue siendo la misma: ¿es una simple realidad o una mera excusa con fines recaudatorios?. El crecimiento del número de radares implantados por toda la geografía española crece a la velocidad de la espuma. De hecho, cambian y se evolucionan con la misma celeridad que los propios automóviles.
 
La última iniciativa, dado que el presupuesto de la DGT se ha multiplicado considerablemente, es instalar unos carísimos sistemas de medición de la velocidad durante un recorrido de varios kilómetros, en los que la máquina realizará un simple cálculo a raíz del tiempo invertido en ese espacio. No puede funcionar todavía porque la legislación solo permite sancionar los excesos de velocidad puntual, no global.
 
No sólo velocidad

No debemos engañarnos, también tendrá cosas positivas. Lo cierto es que los radares de tramos no sólo ayudarán a salvar vidas sino que, viéndolo desde una perspectiva más amplia, pueden ayudar a crear una circulación más fluida, a contaminar menos y a sentirnos más seguros al volante. Sin embargo, es de sobra conocido que los actuales radares (los que miden la velocidad puntualmente) no están instalados donde verdaderamente hacen falta, es decir, en los innumerables puntos negros que manchan nuestra red de carreteras. Tampoco en muchas zonas de acceso a las ciudades, donde una velocidad más baja y constante ayudaría a mejorar la fluidez del tráfico.
 
Y es que la iniciativa como siempre, está bien, pero hemos de pensar en que hasta ahora, las máquinas no pueden conducir por sí solas, con lo que también se ponen al volante factores culturales, educativos y psicológicos. ¿Por qué no se multa nunca al que conduce por la izquierda a cien kilómetros por hora y sí al que lo hace a 131 por la derecha en una carretera desolada?. No es sólo velocidad.


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