Eléctricos con baterías 'low cost'

Eléctricos con baterías 'low cost'

(EL MUNDO)
Cuando valoran las posibilidades de éxito en la introducción del coche eléctrico, los expertos piensan en las baterías que los mueven. «De la evolución de este elemento dependerá todo», responden. Y por evolución se refieren tanto al desarrollo que las haga más ligeras, con mayor autonomía y, sobre todo, más baratas.

Enchufar y cargar el depósito por dos euros con una tarifa supervalle es un buen gancho pero no es suficiente. Los fabricantes que se han lanzado a la carrera del coche eléctrico saben que el mayor riesgo de su apuesta es el coste actual de las baterías, mucho más que, por ejemplo, el temor de los clientes potenciales a quedarse tirados por agotarlas. Esta es la razón que obliga a fijar, para estos vehículos, precios mucho más altos que los de sus equivalentes con motores convencionales. Una autonomía de 200 kilómetros con una sola recarga requiere una batería de ion litio de 250 kilos y un coste de 17.000 euros, según estimaciones de Bosch. El mayor fabricante de componentes del mundo sostiene que sin una reducción de hasta el 50% en el precio de esta pieza será difícil que la implantación del vehículo eléctrico coja velocidad. Por el momento, para modelos que estarán próximamente en el mercado como el Peugeot iOn o el Citroën C-Zero, con un precio de partida de 35.000 euros, el coste de la batería sumado a la electrificación asciende a unos14.000 euros. En otros como el Nissan Leaf, las estimaciones no oficiales afirman que ronda los 11.000 euros cuando el precio final será de 36.000 euros.

Por eso, lo que las jugosas ayudas económicas de distintos países financian es, más que la adquisición de los coches, las baterías que los mueven. Con el objetivo de contar con un millón de vehículos eléctricos en 2015, en Estados Unidos, las ayudas federales ascienden a 7.500 dólares, pero dependiendo de los Estados pueden ascender a 13.000 dólares, lo que para el recientemente lanzado Leaf, supondría costear casi el 100% de la batería. Mientras, los incentivos a la compra en España ascienden a 6.000 euros con un presupuesto de 80 millones de euros para 2011 en un plan que se prolongará en 2012 y que aspira a contar con 250.000 eléctricos e híbridos. Pero la crisis aprieta y la necesidad de ajustar sus presupuestos lleva tanto a los fabricantes como a los gobiernos que les apoyan a apelar al desarrollo tecnológico para asegurar que los costes de las baterías se reducirán conforme aumente su demanda por las economías de escala generadas. Es una carrera contra el tiempo porque las ayudas no serán eternas y, sin ellas, difícilmente sobreviviría hoy el coche eléctrico. Si el desarrollo de los acumuladores de electricidad no es suficientemente rápido, el riesgo de fracaso del coche eléctrico aumenta de forma exponencial.

Así, por ejemplo, el Departamento de Energía estadounidense se ha fijado como objetivo que los precios de las baterías bajen en un 70% para 2014 reduciendo así el precio de los coches. Fabricantes como Bosch empezarán a producirlas en serie desde 2011 pero estiman que sus precios estarán entre 8.000 y 12.000 euros en 2015. Por su parte, Johnson Controls también ven optimistas las previsiones del Departamento de Energía, aunque considera que en cinco años y gracias a economías de escala se podrá bajar el precio de las baterías a la mitad. Los escépticos sostienen por su parte que las baterías de níquel de primera generación para coches eléctricos apenas bajaron su precio un 11% en seis años. Y que una mayor demanda de los metales que las componen en un 30% no hará necesariamente bajar su cotización en los mercados.

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