Coches 'borrados' de la ciudad

(EL MUNDO)
La Comisión Europea le ha puesto fecha de caducidad al automóvil convencional, entendiendo como tal el movido estrictamente por gasolina o gasóleo, aunque lo ha fiado muy largo, con condiciones y sin excesivas precisiones. Porque lo que pretende es que ninguna ciudad permita la circulación de estos vehículos por sus calles, pero lo retrasa hasta 2050, y propone que sean sustituidos por otros eléctricos, híbridos [se supone que enchufables] o de pila de hidrógeno. Además de por el transporte público o la bicicleta.

La medida forma parte de un plan estratégico sobre el transporte que permita, a la vez que se incrementa la movilidad, reducir las emisiones -las de gases de efecto inver, un 60%- y las importacionadero nes de petróleo. «Podemos romper esa dependencia sin sacrificar la eficiencia ni comprometer la movilidad. Podemos ganar en ambos aspectos», ha asegurado el vicepresidente de la Comisión y responsable de transporte, Siim Kallas.

También pueden ganar las arcas municipales, ya que para acelerar el paso, Bruselas diseñará en los próximos meses un sistema de peaje urbano que limite el paso de los vehículos al centro. Londres, por ejemplo, ya lo lleva aplicando desde 2003 y obliga a pagar 10 libras diarias (unos 12 euros) a quienes acceden a las zonas restringidas con un automóvil tradicional.

Tal posibilidad ha sido desechada por el momento en las dos grandes capitales españolas. En Madrid se más contaminantes- terminó enfrentando a dos consejeros.

Ayer, los responsables de movilidad de ambos ayuntamientos, prefirieron no decantarse sobre la propuesta comunitaria, que pretende llevar al extremo la idea de que «quien contamina, paga» y así, también se propone generalizar el peaje para turismos por el uso de las de ella cada grupo apuesta por una tecnología, la patronal que la engloba -Acea- ha rechazado duramente la propuesta nacida en Bruselas. Así, le ha pedido «cautela» y recordado su tradicional «neutralidad», no exenta de bandazos, a la hora de posicionarse a favor de unos coches u otros. En especial, de los eléctricos.

En su defensa, cabría recordar que los fabricantes, recurriendo casi en su totalidad a vehículos convencionales, ha logrado reducir la contaminación que éstos producen entre un 89% (el NOx) y un 98% (las partículas) en el periodo 1990-2009.

Tampoco ha sido del agrado de esta industria la idea de sustituir, obligatoriamente, el transporte por carretera por el ferrocarril o el transporte fluvial en distancias de más de 300 kilómetros. Eso supondría quitarle un 30% de su peso de aquí a 2030, y que en 2050 fuese la mitad del actual. Según Acea, se trata de una medida «arbitraria».

El plan de Bruselas también recibió críticas desde la asociación ecologista Greenpeace que, aunque aplaudió las medidas relacionadas con el automóvil, lo considera en general «poco ambicioso».

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