(EL MUNDO)
El plan de implantación del coche eléctrico en España contará el año que viene con una dotación de 667 millones de euros. Aunque, lejos de mejorar, la situación económica ha empeorado desde que el pasado mes de mayo fuera anunciada la estrategia para introducir este tipo de vehículo en las ciudades, lo cierto es que el proyecto no ha sufrido recortes.
A falta de conocer este mes de octubre los detalles del plan de implantación, el Ministerio de Industria anunció ayer las grandes líneas económicas de su estrategia. La mayor partida de las ayudas será una línea de avales de 500 millones de euros destinada a apoyar la financiación de proyectos industriales que tengan que ver con este tipo de vehículo, que requiere una infraestructura de recarga propia para ser viable. Además, los proyectos de desarrollo e industrialización del coche eléctrico serán apoyados directamente con un fondo de 70 millones de euros. Este apartado se reforzará con ayudas a las tecnologías de comunicación entre la red eléctrica y el vehículo por valor de unos 17,5 millones.
Por último, la compra de coches eléctricos estará subvencionada por otro fondo de 80 millones de euros. Quedan por conocer los límites de ayudas que podrán recibir los compradores de este tipo de vehículos, que se fijarán como una proporción máxima del precio del coche o un importe que podría rondar los 6.000 euros. Tanto los fabricantes de vehículos que tienen esta tecnología en su oferta como las compañías de componentes, energía y servicios están atentas al desarrollo de este presupuesto, que será ejecutado en 2011. Muchas de ellas han formado alianzas para resultar más competitivas tanto en el ámbito de la oferta de vehículos como en el de su recarga.
Quienes no están de acuerdo con el despliegue económico son los concesionarios de coches convencionales. El presidentde la asociación Faconauto tildó como una «broma macabra» la asignación al coche eléctrico por realizarse en la peor crisis que sufre el automóvil en las últimas décadas.
